¿IMPACIENTE? TRATA LA LEVITACIÓN
Reaccionamos más fuertemente que la gente normal ante las frustraciones.
COMO LO VE BILL, p. 111
La impaciencia con otra gente es una de mis principales fallas. Ir detrás de un auto lento en una línea de “no adelantar”, o esperar la cuenta en un restaurante me vuelve loco. Antes de darle a Dios la oportunidad para que me tranquilice, exploto, y eso es lo que yo llamo ser más rápido que Dios. La repetición de estas experiencias me dio una idea. Se me ocurrió que si yo pudiera mirar estos eventos desde el punto de vista de Dios, podría controlar mejor mis emociones y mi comportamiento. Lo traté y cuando me encontré con el siguiente conductor lento, me elevé por levitación y miré desde arriba al otro auto y al mío. Vi a una pareja de abuelos conversando alegremente acerca de sus nietos. Yo iba detrás de ellos —el ceño fruncido y la cara roja— sin siquiera tener que cumplir con un horario. Me vi tan tonto que bajé a la realidad y disminuí la marcha. Ver las cosas desde el punto de vista de Dios puede ser muy tranquilizador.
Del libro Reflexiones diarias
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