¿NO HICIMOS DAÑO A NADIE?
Algunos de nosotros, sin embargo, tropezamos con un obstáculo muy diferente. Nos aferrábamos a la pretensión de que cuando bebíamos no le habíamos hecho daño a nadie sino a nosotros mismos.
DOCE PASOS Y DOCE TRADICIONES, p. 85
Este Paso parecía tan sencillo. Yo identificaba a alguna gente a quienes había hecho daño, pero ellos ya no estaban a mi alcance. No obstante, me sentía incómodo con este Paso y evitaba las conversaciones que tenían que ver con él. Más tarde aprendí a investigar aquellos Pasos y áreas de mi vida que me hacían sentir incómodo. Mi búsqueda puso de manifiesto a mis padres, quienes habían sido profundamente heridos por mi aislamiento de ellos; mi patrón, quien se preocupaba por mis ausencias, por mis pérdidas de memoria, por mi temperamento; y los amigos a quienes había vuelto la realidad del daño que había hecho, el Paso Ocho cobró un nuevo significado. Ya no estoy incómodo y me siento limpio y liviano.
No hay comentarios:
Publicar un comentario