ACEPTACIÓN
Admitimos que no pudimos vencer al alcohol con los recursos que nos quedaban, así que aceptamos además el hecho de que la dependencia de un Poder Superior (aunque fuese únicamente nuestro grupo de A.A.) podía realizar este trabajo que nos era, hasta ese entonces, imposible. En cuanto pudimos aceptar plenamente estos hechos, comenzó nuestra liberación de la compulsión por el alcohol.
COMO LO VE BILL, p. 109
La libertad me llego solamente con la aceptación de que podía poner mi vida y mi voluntad al cuidado de mi Poder Superior, a quien yo llamo Dios. La serenidad se empezó a filtrar en el caos de mi vida cuando acepté que lo que me estaba sucediendo era la vida misma y que Dios me ayudaría en mis dificultades - así como en mucho más. Desde entonces El me ha ayudado en todas mis dificultades. Cuando acepto las situaciones como son, no como yo quiero que sean, entonces empiezo a crecer y a tener serenidad y tranquilidad de espíritu.
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