LA HUMILDAD ES UN REGALO
Mientras colocáramos primero la confianza en nosotros mismos, una genuina dependencia de un Poder Superior era completamente imposible. Ese ingrediente básico de toda humildad, el deseo de buscar y hacer la voluntad de Dios, había faltado.
DOCE PASOS Y DOCE TRADICIONES, p. 77
Cuando recién llegué a A.A. yo quería encontrar algo de esa elusiva cualidad llamada humildad. No me daba cuenta de que estaba buscando la humildad porque creía que éste me ayudaría a lograr lo que quería, y que yo haría cualquier cosa por otros si creía que Dios me compensaría por ello. Ahora trato de recordar que la gente que encuentro en el transcurso de mi día está tan cerca de Dios como yo voy a estar mientras esté en esta tierra. Tengo que rezar para saber cuál es la voluntad de Dios hoy, y ver cómo puede ayudar a otra gente mi experiencia de esperanza y dolor; si puedo hacer esto, no tengo que buscar la humildad, ella me ha encontrado.
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