AYUDAR A OTROS
Nuestras mismas vidas, como exbebedores problema que somos, dependen de nuestra constante preocupación por otros y de la manera en que podamos satisfacer sus necesidades.
ALCOHÓLICOS ANÓNIMOS, p. 18
Mi problema era el egocentrismo. Toda mi vida la gente había estado haciendo cosas por mí y yo, no sólo lo esperaba, sino que era malagradecido y estaba resentido porque no hacían más. ¿Por qué debía ayudar a otros cuando eran ellos los que debían ayudarme a mí? Si otros tenían dificultades, ¿no se lo merecían? Yo estaba lleno de autocompasión, de ira y de resentimiento. Entonces llegué a darme cuenta de que ayudando a otros, sin esperar recompensa, podría superar esta obsesión egoísta, y también que si yo comprendía la humildad, conocería la paz y la serenidad. Ya no necesito beber.
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