Nuestro primer objetivo será el desarrollo de la autodisciplina.
DOCE PASOS Y DOCE TRADICIONES, p. 98
Conducir mi coche a mi trabajo me da la oportunidad de autoexaminarme. Un día, mientras hacía este viaje, empecé a revisar mi progreso en sobriedad, y no me gustó mucho lo que vi. Esperaba que a medida que el día progresaba, yo olvidaría esos pensamientos molestos, pero según se sucedían los desengaños, mi descontento solamente crecía y las presiones internas seguían aumentando. Me retiré a una mesa aislada en el salón de recreo y me pregunté a mí mismo cómo podía sacar el mejor provecho del resto del día. Cuando las cosas iban mal en el pasado, instintivamente yo quería combatirlas. Pero durante el corto tiempo que había estado tratando de vivir el programa de A.A., aprendí a retroceder un paso y mirarme a mí mismo. Reconocí que, aunque yo no era la persona que quería ser, ya no reaccionaba como hacía antes. Aquellos viejos moldes de comportamiento solamente trajeron dolor y tristeza para mí y para otros. Regresé a mi puesto de trabajo, resuelto a hacer de este día un día productivo, agradeciéndole a Dios la oportunidad de hacer progresos ese día.
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